En el teatro del mundo, donde sale a escena el coro de los infelices, casi siempre es ahogado por la dramaturgia colectiva que dirige el destino de los humildes y relegados; allí se conjugan convulsiones y frustraciones, agobiados por las injusticias, dando origen entre ellos mismos al nacimiento de una personalidad polimorfa, convertida en alter ego, para desvanecerse luego en la realidad de un triunfo o una derrota.
Todo triunfo es efímero y pasajero, solo perdura la mala o buena acción de gobierno, su sitio en la historia lo dictaminarán sus hechos; nadie vibra en la victoria por siempre, la raza humana está sujeta a cambios y transformaciones profundas; porque cada minuto es diferente, de eso debieran darse cuenta los gobernantes, hasta los granos de polvo, cambian de forma, aún siendo polvo.
Poeta: Juanbautista López García. ll-ll-08